domingo, 20 de mayo de 2012

Explorando Melilla (día y noche)


Melilla desde la zona del puerto.
Ha sido un día bonito para mí aquí en Melilla. Lo he dicho ya: no he estado aquí nunca y no estaba muy seguro de que pudiese gustarme, con tanto prejuicio y tanto tópico previo. Es cierto que no es un lugar al que 'se venga' expresamente de turismo, sino que vienes a algo, como es nuestro caso con el baloncesto. Pero tampoco es tan inhabitable o kafkiano como algunas veces el boca a boca intenta expresar. A mí por lo menos no me lo ha parecido.

La verdad es que soy bueno para los sitios nuevos. Todo me interesa cuando se trata de abrir los ojos y tomar nota, sobre todo las ciudades. El turismo rural no tanto, lo reconozco. Pero lo urbano me fascina, con todos sus matices. Y más las ciudades heterogéneas como esta, con distintos ambientes, configuraciones, niveles, historias y, por supuesto, culturas.

Melilla es uno de los sitios más peculiares de España. Quizás el que más por encontrarse enclavado en otro país, con una mezcla cultural importantísima entre lo cristiano y lo musulmán. Eso se respira en las calles de un modo fascinante, al menos ante la mirada del neófito. Está claro que también hay problemas (seguramente más graves que en el resto del país) económicos y laborales, pero eso no le quita encanto.
Felipe García, el '14' del ascenso.

Hoy he tenido una gran ración, y además en dos tiempos. Por la tarde quedé con el personaje que os dejé en el aire en la entrada anterior. Juan Luis (Morán, está claro) acertó en un comentario posterior. Es Felipe García, el '4' titular del equipo que logró el ascenso en mayo del 92. Mañana podréis leer la entrevista en el periódico (no olvida aquello, no), pero el tipo ha estado simpatiquísimo conmigo, muy nostálgico de lo que ocurrió aquel año. Me ha parecido que era feliz en su ciudad, que conoce bien y que defiende a capa y espada. Nos hemos montado en su coche y la hemos recorrido, desde la zona histórica fortificada hasta el famoso y (al parecer complicado) barrio de La Cañada. Me ha contado muchas cosas de cómo es Melilla y cómo es el melillense, y había un brillo de orgullo en él. "Esto ha progresado mucho en los últimos 15 años". No debe ser fácil crecer y vivir aquí con las limitaciones simplemente geográficas que hay, pero él ya era un jugador corajudo que se sobreponía a las dificultades. No me canso de darle las gracias. Por cierto que se ha confesado lector de Bujacocesto.
La valla (una parte de ella, más bien).

Después de escribirme mis dos paginitas para el periódico de mañana, he quedado con Bárbara, la amiga de mi mujer (bueno, mía también) de la que os hablé que curra aquí como trabajadora social en un centro de drogodependientes. También hemos dado una vuelta larga en su coche, y he descubierto algunos sitios nuevos. Melilla tiene doce kilómetros cuadrados únicamente, pero hay un poco de todo: un aeropuerto chiquitito, un campo de golf, un trocito de playa, un millón de cuarteles (varios de ellos reconvirtiéndose a otros usos), una zona pija y otra, digamos, trabajadora. He visto muchas equipaciones deportivas, varios centros sociales, se está construyendo un nuevo hospital... Se ve una fuerte inversión estatal aquí, como de todos modos no puede ser de otra manera. Es una plaza importante, tan española como otra cualquiera. También, claro, está la omnipresente valla que separa a la ciudad de Marruecos, adonde los melillenses suelen ir a pasearse también, a sus estupendas playas, a comprar buena fruta y verdura...
'La Compañía', se llama esto. Ejem...

He pedido a Bárbara que me lleve a un sitio de comida local y hemos ido al Suly's Bar, donde hemos dado buena cuenta de un cuscus, una corvina en adobo y una carne de cordero. Todo bastante bien, y muy barato (menos mal, esta factura tampoco la puedo pasar al periódico, vengo a pensión completa). La atención, estupenda. Después, hasta hemos tomado una copita en la zona del puerto al lado del hotel, en un sitio llamado 'La Compañía', pero no había demasiada gente. Me dice que eso no se pone bien hasta las 2 o las 3.

En fin, me voy a ir acostando, mañana va a ser un día durillo. Partido a las siete de la tarde, ahora que recuerdo.

3 comentarios:

Juan Luis dijo...

¡Anda Felipe!No me reniegues de tu ascendencia "bellotera". Recuerdos inolvidables, claro que sí. Aunque más jóvenes que el delegado, también éramos amigos, ni siquiera había extranjeros, porque Jiri se hizo español enseguida. Con vosotros aprendí muchísimo. No olvido el final de uno de los partidos de Andorra, creo que el 5º. Fallas un tiro libre que nos daba opciones y entraste por el túnel llorando, fui a consolarte y me dice Gabi, abrazándote: "déjalo, que ahora tiene las pulsaciones muy altas". Aquella escena de un tío como un castillo y lamentándose de algo que los que no hemos jugado en alta competición y vemos normal (fallar un libre)de verdad que me llenó de un orgullo inconcebible para cualquiera lo oiga contar.
Si hubiera 5º partido, cosa que no deseo, probablemente tú si, porque quiero termine aquí y a nuestro favor, haré todo lo posible para que te deleites con eso de untar y procedente de una localidad no muy lejana de algunos de tus antepasados cercanos. Torta del Casar. Cada día me gustan más.

domingocaceres dijo...

Ni es mi deporte ni es mi ciudad, y aquí estoy disfrutando con cada artículo, con cada partido. Muy grande este Cáceres cabezón empeñado en seguir vivo y sano a todos los nivelesy muy grande la gente que le sigue y le acompaña contagiando al resto de toda su ilusión. Gracias por contarlo tan bien

Xther dijo...

Si Felipe entra aquí, debería ver y escuchar esa canción de la que forma parte. Yo era pequeñita pero esa plantilla no se olvida.
www.youtube.com/watch?v=V5HSUUDiS1Y