miércoles, 4 de agosto de 2010

McCoy, más madera

Es oficial lo de Jelani McCoy. Me pilla en mi último día de vacaciones, unas horas que supuestamente son algo dramáticas, pero en el fondo echo algo de menos la redacción porque soy uno de esos privilegiados a los que les gusta (y mucho) su trabajo, por mucho que a veces no veas más que puertas cerradas y cuestas empinadas.

Con McCoy, como con casi todo el mundo, ya hay debate antes de que aterrice. Si se produce en unos términos correctos, la proliferación de opiniones respecto a la actualidad del Cáceres 2016 es una muestra de vigor, porque indica que el baloncesto es el corazón deportivo de la ciudad. Hay mucha gente detrás de lo que sucede alrededor del Multiusos, cada uno con sus propias intenciones, con sus propios amigos y enemigos, pero gente al fin y al cabo que no está al margen de un fenómeno social que, aunque sin el torrente de fuerza de antes, sigue estando en la primera fila. Por eso está bien que el aficionado opine y le dé vueltas a fichajes como éste, generando expectación, hilvanando visiones que ya veremos si se confirman, tanto las buenas como las malas.

A McCoy, como a Humphrey, le recuerdo de algunas madrugadas NBA. De hecho, me parece que son bastante parecidos: duros, rocosos, que conocen sus recursos. Ese tipo de jugador que en América sale en el segundo cuarto a repartir algún leñazo y pillar un par de rebotes. Y si está solo, no fallar si tiene la bola. Pero esa es una impresión de varios años atrás. Habrá que ver cómo es su "formato internacional", es decir, cuando tiene responsabilidad y minutos, protagonismo de ser importante como debe serlo en Cáceres. Seguramente no es un buen aval que venga de una liga con americanos veteranos pero poco pedigrí como la china (es un poco lo que le pasó a Holcomb: que perdió competitividad a cambio de dólares en su trayecto por Qatar, Corea, Libia...), pero se supone que conserva un tren superior impresionante como en la época americana y en su fugaz paso por Menorca. Hay quien habla de otro posible "caso Newble" (calidad a raudales, pero falta de adaptación), pero yo lo creo menos. Tras varios años dando tumbos por ahí, ya debe saber que España es un paraíso.

Lo que mayor optimismo me da no son ni su historial ni su experiencia ni sus cualidades, sino el hecho de que el Cáceres lo haya conseguido por delante de sus competidores. No es alguien que venga de rebote, tipo experimento, sino un jugador que ha sido puesto en el mercado con la seguridad de que va a ser importante en una categoría como la LEB Oro. Muchos le querían, hubiesen soñado con hacerlo suyo. Y el Cáceres le ha ganado a los demás. Es mucho más difícil equivocarte con el fichaje que querías, con el que le has quitado a los otros, que con alguien al que te has tenido que adaptar por dinero o por las circunstancias. En este particular "juego de las sillas" que es el mercado, el club está demostrando una pujanza enorme. A pesar de haber bajado su presupuesto, rivales directos lo han hecho más todavía.

Por poner otro "pero", me parece que Humphrey y McCoy se parecen mucho, que son dos pívots muy "interiores", pero creo que esto ha sido algo buscado. Que nadie espere de ellos que se planten en 6,75 y se queden allí esperando para clavar triples, ese estilo algo cansino de Garbajosa, Bargnani o Guaita, por poner tres ejemplos muy visibles. Por la mente de Aranzana está que los auténticos tiradores (Francis Sánchez, Movilla, Xavier...) dispongan de muchos espacios. Y eso se consigue atrayendo la atención dentro, como seguramente van a hacer los dos "morlacos". Si se quiere un interior con buena mano, ya hay dos en el banquillo: Antelo y Sanguino. Pero intuyo que el reparto de los minutos no va a ser demasiado "democrático". A los americanos les veo en pista unos 30 cada uno. Como ha sido toda la vida, ¿no?

Mantengo que ahora la exigencia tiene que ser alta. Muy alta. Un arma de doble filo. Pero siempre va a ser esto mil veces mejor que vender que hay una plantilla flojita y que el objetivo es salvar los muebles, o ese cansino "ir partido a partido". No. Hay un gran equipo que faculta para soñar. Se presenta un añito muy interesante.

1 comentario:

Macario dijo...

Coincido plenamente contigo en que para una entidad deportiva es bueno que se hable de ella. El debate genera interés, anima conversaciones... yo creo que es bueno, siempre que no se desbarre...

Oye, ¿ Podrías decir con qué equipos ha "competido" el Cc? Me parece una información interesante.

Sobre el tema McCoy me remito a lo escrito hoy

"... Seamos pacientes, veámosle, y después opinemos.

El problema entre comillas, -que esto ni siquiera ha empezado coño!!- es que el aficionado cacereño se había generado unas expectativas con el “5” que no se han cumplido. De un lado, como apunta lyman, la gente tiene la sensación de que a Aranzana no le van las “apuestas” y que pisa sobre seguro. De ahí que la banda, entusiasmada con el tema Asselin cuando salió en prensa, dijera: “ Bueno, lo que está claro es que si suena Asselin, vendrá un tipo que conozca la Liga y muy fiable…”

De otro lado el recuerdo de Holcomb, Taggart, Naymick, Newble, o el gran Simien ( que siendo la leche, al final cambió a los Kamicáceres por los vecinos de su pueblo dejando tirado al equipo…) hace que el aficionado cuando lee “treintañero americano procedente del lejano oriente donde se lo ha estado llevando crudo, que hace unos años jugó en España y fue cortado…” desconfía.

Explicaré que soy optimista y por qué, pese a lo dicho con anterioridad… Para mí hay dos claves: El rol del que venga y el grupo.

El rol porque en el Cc la primera opción será siempre el binomio: Cherry-Humphries. Son la columna vertebral. A partir de ahí Xavier, Francis, Antelo y el “5” que venga habrán de completar ofensivamente a los dos primeros…

Y por otro lado, creo que la presencia en este equipo de esa mezcla de jugadores españoles veteranos y jóvenes, dará como resultado un equipo cohesionado en el que será más fácil que se integre “el que venga”, que si se tratara de una sucursal de la ONU o con jugadores de “poco peso”…

No es lo mismo llegar a un equipo siendo la estrella o teniendo que tirar del carro, que saber que en el equipo al que llegas, hay 3 ó 4 jugadores que por su ficha y calidad han de tirar del carro tanto –o más- que tú.

Siento el ladrillo."